¡Ah, Mi Colonia!

Vivo en una colonia medio pintoresca, erigida a medios chiles hace unos 35 años sobre rocas volcánicas. Llegué aquí hace dos años por necesidad, la verdad es que no es muy bonita pero está llena de atractivos no turísticos; para empezar en mi cuadra hay cinco tienditas, una ferretería, un consultorio médico, dos puestos de fritangas y las micheladas justo enfrente de la casa, ¡ah! y diario pasa la basura ¿qué mas puedo pedir?. De hecho a magia continúa a una cuadra, gozamos de una paletería, un minisuper, una farmacia, dos verdulerías, como cuatro tortillerías, una papelería con su ciber, panadería, acuario, peluquerías, pollos rostizados y tianguis por doquier.


Así como lo cuento es un paraíso a veces tropical por el intenso calor que se ha sentido estos días, pero a veces sus desventajas me abruman y opacan sus virtudes; para empezar sus calles ondulantes en todos los sentidos parecen pistas de hot wheels, hay piedrotas volcánicas por todos lados, estacionan coches, microbuses y trailers en doble fila, no hay repeto por la ley vial, hacen fiestas escandalosas, ponen feria y cierran la calle por días, hay perritos vagabundeando y usando las banquetas de baño.


Hoy, muerta de calor decidí ir por un helado a la esquina y demoré mas en cruzar la calle que en lo que me dieron mis helados, todos hacen lo que quieren, pero cuando llegué a casa y me comí mi helado de fruti tuti con panditas casi perdono a los vecinos por hacerme el trayecto tan difícil. La verdad, no me puedo quejar, a pesar de todo es muy tranquila y me hace la vida muy fácil y me ha hecho un poco floja. Ahora a descansar porque al rato hay que caminar cien metros hasta el puesto de fritangas. Tenga usté un buen sábado.